NUESTRA HISTORIA

Creado en 1905 por un pequeño grupo de entusiastas golfistas angloparlantes, el Mexico Country Club, estaba naturalmente más vinculado con la sociedad estadunidense e inglesa que con la mexicana, pues aun cuando contaba con miembros selectos de las élites políticas y empresariales nacionales, su participación era mínima respecto a la mayoritaria presencia del sector empresarial y socios extranjeros como indicaban los estatutos establecidos entonces.

Sin embargo, la notable acogida del club por parte de la élite mexicana y su asistencia a los eventos realizados en él, como fue el caso de la ceremonia de inauguración en 1907, le aseguraron al Country Club un privilegiado lugar dentro de la nota social y la prensa nacional de la época, lo que a su vez le otorgó un sitio destacado en la sociedad mexicana. El naciente club vivió años de auge.

Esta primera etapa concluye en el ocaso de la Revolución, cuando el club estuvo a punto de desaparecer, tanto por falta de socios y recursos, como por la destrucción del edificio durante los bombardeos y ocupación de las facciones revolucionarias. Durante algunos periodos, el club permaneció cerrado y se suspendieron las actividades deportivas debido al ambiente general y a la inseguridad de los caminos. Muchos socios dejaron el país y otros, simplemente abandonaron el club.

Hacia 1921 se funda el Mexico City Country Club bajo la dirección de Harry Wright, uno de los socios pioneros y emblemático miembro, quien encabezó los arduos esfuerzos de reconstrucción tanto con inversión como con las negociaciones ante el gobierno federal para el cobro de una deuda con el club. Estos eventos dan lugar al inicio de la segunda etapa en la historia del club. Hacia la década de los años treinta, hubo un incremento en el número de socios mexicanos, se conservaron los vínculos con los círculos diplomáticos acreditados en el país y la presencia cada vez menor de extranjeros, fenómeno que tuvo un peso creciente en los círculos social, político y cultural mexicanos y en los medios que reseñaban la vida social en aquellos días.

Durante las siguientes décadas se ofrecieron diversos eventos y elegantes bailes a los que asistían múltiples invitados, fueran o no socios. Entre ellos destaca el Baile Blanco y Negro, cuyas ediciones de 1942 y 1943 fueron auspiciadas por el secretario de Relaciones Exteriores y reflejaron la situación internacional, se honró a los países aliados y a los socios del club que se enrolaron en los ejércitos, y los fondos recaudados se destinaron a la Cruz Roja Internacional y a fundaciones para la ayuda de la niñez mexicana. Se contó con la presencia de princesas que representaban a los 21 países miembros de la Sociedad de las Naciones, así como de diplomáticos extranjeros, miembros del gabinete presidencial, políticos, periodistas, artistas. El club realizó en este periodo, actividades para obtener mayores fondos.

En esta etapa, el club fue escenario de la filmación de diversas películas que se grababan en los vecinos Estudios Churubusco y cuyos actores eran recibidos en los comedores del club. El Mexico City Country Club estaba a la vista de toda la sociedad mexicana e incluso de las comunidades extranjeras.

El año de 1945 marca el inicio de la tercera etapa del club. Aún bajo el liderazgo de Harry Wright, el club recibió del gobierno el pago de la deuda ese mismo año. También arranca el proceso de mexicanización y se crea el Club Campestre de la Ciudad de México gracias a la importante presencia de socios nacionales. En el año 1947, había 789 miembros. En los meses siguientes se expidieron nuevos reglamentos y se reconstruyó el edificio.

En 1962 concluyó el proceso de mexicanización del club y los socios que permanecieron en el Club Campestre de la Ciudad de México optaron por definirlo como un club social y de convivencia familiar por encima de ser sólo un sitio para jugar golf.

Durante los años setenta culmina esta etapa de apertura y el Club Campestre de la Ciudad de México pierde lazos con los círculos diplomáticos y con las colonias extranjeras, pero también con la clase política y la sociedad capitalina. Se dejaron de realizar los bailes abiertos a todo público y observados por la sociedad, y prevalecieron los eventos únicamente para socios y sus invitados.

El club se volcó a su interior, pero extendió su alcance hacia la beneficencia. Actualmente, se brinda apoyo con salones de eventos y el préstamo del campo de golf a asociaciones benéficas que lo solicitan. Con la fundación de la escuela Justo Sierra, el CCCM completó el programa en favor de la educación de los hijos y nietos de empleados. Éste es ahora su nexo preferido con la sociedad, ya que recibe también a niños sin vínculos con el club.

Desde su fundación en el año de 1905, el club ha recorrido diferentes etapas, pero a través de su historia, en sus socios ha permanecido la misión de ayudar a través de la beneficencia, la pasión por el golf y el empeño de conservar sus tradiciones; preservarlas, es uno de los principales retos que se plantean las 850 familias que hoy lo integran y que construyen su futuro a partir de mirar hacia el pasado.

Nuestra Misión, Visión y Valores

El Club Campestre de la Ciudad de México es una organización enfocada en fomentar la práctica deportiva, la sana convivencia social y el intercambio cultural entre sus miembros; innovando siempre para estar a la vanguardia en el desarrollo de los deportes que aquí se practican, brindando un trato humano y amable, sustentado en la capacitación y crecimiento de sus colaboradores, para lograr la mejor calidad en la operación, asegurar la estabilidad de su personal y la satisfacción plena de sus socios.

El Club Campestre de la Ciudad de México debe conservarse como el club de golf de mayor prestigio en México, por la excelencia de sus instalaciones y servicios; su historia, tradiciones y valores; y por el ambiente distintivo de cordialidad y respeto entre socios y colaboradores, que logra la satisfacción plena de su membresía y la preferencia de las futuras generaciones.

  • Respeto - En el CCCM valoramos el dialogo y trato respetuoso entre socios y con los colaboradores. Socios y colaboradores somos respetuosos de las políticas y reglamentos internos para fortalecer el ambiente de convivencia sana y respetuosa.
  • Integridad y Honestidad - “Hacer lo que es correcto Siempre”. Buscamos que nuestra comunidad de socios este conformada por personas con altos estándares de integridad y honestidad y que estas se reflejen en su comportamiento dentro del club.
  • Lealtad - Socios y colaboradores buscamos siempre contribuir al buen funcionamiento de nuestro club. Lo representamos con orgullo en eventos deportivos y sociales proyectando los valores distintivos de nuestro club.
  • Tolerancia - Somos abiertos a diferentes puntos de vista y respetamos la pluralidad de opiniones buscando siempre el beneficio colectivo y de nuestro club y no únicamente el de los individuos.
  • Proactividad - Nuestros colaboradores actúan y se desempeñan de manera profesional y proactiva buscando la excelencia en el servicio y atención a los socios.
  • Disciplina - Valoramos el cumplimiento y respeto a los reglamentos internos de nuestro club y la ejecución con excelencia de los procedimientos y estándares de trabajo para mantener los servicios e instalaciones de nuestro club con los mas altos estándares.